martes, 9 de marzo de 2010

TEJIDOS ANIMALES


TEJIDOS ANIMALES
Los tejidos animales se clasifican en cuatro tipos básicos:
TEJIDO EPITELIAL
TEJIDO MUSCULAR
TEJIDO CONJUNTIVO
TEJIDO NERVIOSO
Es importante considerar que estos tipos de tejidos no existen aisladamente, sino
que se asocian unos con otros en proporciones variables para formar los diferentes
órganos y sistemas del organismo animal.

TEJIDO EPITELIAL
El tejido epitelial está constituido por células generalmente poliédricas,
yuxtapuestas, entre las cuales hay escasa o nula sustancia intercelular. Presenta una
gran cohesión entre sus células, las cuales forman capas celulares continuas que
revisten la superficie y las cavidades del cuerpo. Así, forma la epidermis; recubre todos
los pasajes que llevan a la superficie externa, es decir, tubo digestivo, vías aéreas y vías
urogenitales; recubre las grandes cavidades internas del organismo, así como la
superficie interna de los vasos sanguíneos y linfáticos.
Las dimensiones y formas de las células epiteliales varían considerablemente.
Así, se observan desde células planas como un azulejo hasta las células prismáticas
altas, con todas las formas intermedias.
Con excepción de una capa muy delgada de glucoproteínas (denominada
glucocálix), que generalmente reviste las células epiteliales, no existe sustancia
intercelular entre ellas. Esta disposición contrasta con la mayoría de los otros tejidos,
en los que las células se hallan separadas por una cantidad variable de fibras y sustancia
amorfa.
Casi todos los epitelios presentan en su superficie de contacto con el tejido
conjuntivo una estructura llamada membrana o lámina basal, formada por una
asociación de colágeno con glucoproteínas, que no resulta visible al microscopio
óptico, debido a sus dimensiones reducidas.
El origen de las células epiteliales puede ser ecto, meso o endodérmico, según
deriven las células de una u otras capas germinativas.
Las funciones principales del tejido epitelial son:
• Revestimiento de superficies (p.ej. en epidermis)
• Protección contra daño mecánico, evaporación y entrada de microorganismos
(p.ej. en epidermis)
• Revestimiento y absorción (p.ej. en epitelio del intestino)
• Secreción (p.ej. en diversas glándulas)

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